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Un Pedazo De Mi Vida
Mientras camino... me sigo preguntando; ¿qué fue lo que acaba de suceder?
sólo era una plática... pero...
Momentos antes...
Me gustaría que pudiéramos conversar sin llegar a mentir, sin llegar a ofendernos... porque, definitivamente, yo no logro entender qué esperar en esta relación.
Admito que te he permitido llegar hasta este punto, pensando que el día menos esperado abrirías los ojos y reaccionarías.
Pero, no ha pasado nada.
Te vas, regresas, duermes y te levantas para volver a irte.
Estás presente en cuerpo, pero tu alma sigue volando no sé en qué mundos, que yo ni conozco.
Te miro y mis ojos entristecidos me llevan a ti, te estremeces al contacto de mi mano sobre las tuyas de mi beso sobre tu hombro, pero en unos segundos me rechazas alejándote nuevamente de mí.
¿Qué te pasa?
¿Qué te sucede?
¿En qué piensas?
¡Háblame… Dime!
Ya es imposible seguir soportando estos largos silencios que no rompes con otra cosa más que cuando me voy ensordecida por pensamientos negativos que desearía que fueran falsos, pero...
Tu actitud no me deja opciones.
Me miras, con una súplica en tus ojos.
¡Habla… Dilo!
Intenta sacarlo para poner de una vez por todas remedio a todo lo que te está pasando...
¡Ya por favor déjame en paz, qué quieres que te diga!
Si no es nada…
Te imaginas lo peor, cuando es solo que me siento cansado, tengo cosas que solucionar en el Trabajo, llego y te veo la cara y sigues en lo mismo.
No tengo nada que no pueda solucionar…
Déjate de boberías que lo único que haces es que quiera largarme.
Me fastidias, me hostigas me haces que no te mire, que te ignore que desee estar en otra parte en donde tú no estés.
¿Eso era lo que querías escuchar? Pues, ¡ya lo dije!.
Si vieras lo poco que me importa si en este momento te vas.
Siempre se trataba de ti solo de ti.
Siempre tú, nunca te fijaste que yo estaba ahí… que yo existía, que yo deseaba hablarte, expresar lo que sentía.
Hablando del amor que me tenías, de la forma que me enamoraste… de lo que te gustaba de mí.
Pero…
Nunca me dejaste hablar… era como si preguntaras y tú misma te contestabas, porque eras la que pensaba mejor las cosas… según tú.
Y así me fuiste aburriendo, cada día me separaste más de ti.
Y simplemente ya no tengo nada para darte, nada que ofrecerte, no tengo nada para decirte.
Solo deseo que me dejes ir en paz...
No me llevo nada tuyo, porque en realidad nada me dejaste que fuera solo mío.
¿Quién es este hombre, no le conozco está hablando de mí?
¿Acaso fui así?
¿De qué mujer habla?
Estoy segura de que no soy yo…
O ¿sí?
Lentamente me levanté del sofá, ni siquiera hice por acercarme a él...
Tomé las llaves, mi abrigo y salí sin decir algo.
Aturdida mi mente, con tantos recuerdos seguí caminando, perdiéndome poco a poco entre la gente y la lluvia...
Llevando a rastras un pedazo de mi vida.
FIN
