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La Herencia

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Publicado por: Blue Moments en Reflexiones · 1 Agosto 2022
Tags: HerenciaReflexionesCervezaDestino
Tiempo de lectura: 2 minutos 30 segundos.

La Herencia
Autor
Blue Moments

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¿Qué cómo empezó?



Igual que todos los adolescentes, donde quiera era lo mismo, sí salíamos temprano de la escuela, mis amigos se las arreglaban para poder comprar cervezas, y entre todos se hacia la famosa coperacha, de cinco, de diez o hasta de veinte pesos.

 

Claro que en ese entonces no tomábamos mucho porque era muy poco el dinero que se reunía y a mi cada vez me gustaba más la cerveza.


 
En mi casa siempre había problemas, que no había para zapatos, luz, agua, gas, hasta para lo más indispensable, el jabón de baño. No quería ni llegar, así que como casi todos los días me tomaba una cerveza porque era la única que me tocaba y sin haber desayunado pues más pronto se me subían los efectos, llegaba a la casa derechito al baño, me lavaba la cara y me recostaba un rato.



 
Nunca tuve problemas para estudiar, me bastaba con repasar lo que habíamos visto y ya estaba listo para el examen. No obtenía calificaciones muy altas, pero nunca bajaba a 6, y cuando ya me tocaba reprobar la materia en la recuperación me ponía al corriente, así que siempre pasaba de año.



 
En mi casa nunca se dieron cuenta del estado en que llegaba, claro no me caía de borracho, pero un buen conocedor a las primeras se habría dado cuenta.

 
Con la cerveza encontré la forma de olvidarme de los problemas de mi casa y solo contaban mis amigos y las chavas que nos acompañaban en las cervezas. Con el tiempo fui aumentando de dosis, hasta que hubo días que no llegaba a casa hasta ya entrada la noche, y como excusa, "me dejaron tarea en grupo y no pude venir a avisar", así solucionaba mi problema.



 
Empecé a escuchar a mi madre decirle a mi hermano menor que el alcoholismo era hereditario y que ella tenía miedo de que alguno de nosotros saliera a mi padre, que era un fracasado, la bebida lo perdía y nunca hizo nada por salir adelante.

 

 
¿Yo? ¿igual que él?

¡De ninguna manera!

Yo tenía espíritu de superación y no me iba a dejar ganar por esa horrible herencia.

 
Así que cambie. Y en adelante aprendí a decir NO.







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Con imágenes de pixabay.com

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